GUS MORNINS 2/11/21

 "Yo, si puedo volar el mundo entero en los primeros diez minutos de película, entonces significa que la película es una mierda"                                                                            Irwin Allen

Sí, sí, ya lo sé. Hoy sería mucho más adecuado rendir homenaje a Luchino Visconti o a su compadre Burt Lancaster, que ambos nacieron en un día como hoy. Pero ya sabéis, el Lobo suele ir contracorriente porque el mundo le hizo así. De esta manera, me he decidido rendir homenaje a este hombre, Irwin Allen, que estoy seguro de que mucho no le reconoceréis así de primeras. ¿Sabéis cómo fue conocido? The Master of Disaster porque fue el productor de muchas de las películas de catástrofes que nos asediaron en los años setenta. Michael Caine decía que era un hombre al que no tenías más remedio que querer, pero que estaba muy equivocado en algunas cosas. Y yo os voy a decir una opinión que no deja de ser muy personal: Tiene algunas películas que son auténtica basura, son inexplicables, no entiendo cómo pudieron llegar a hacerse y menos aún con los repartos que llegaba a juntar. Pero en todas ellas, en las buenas y en las malas, veo mucho cariño, muchas ganas de entretener, una férrea voluntad de decir "no tengo dinero porque me lo he gastado todo en los actores...pero ¿qué más da? Se trata de pasar un buen rato". Y así es cómo no se hace arte, pero se fabrica entretenimiento.

Irwin Allen murió tal día como hoy hace treinta años justos. Y sí, puede que nos quedáramos sin un tío que hizo muchas películas mediocres, pero también con un hombre que quería que lo pasáramos bien en una sala de cine.

Era licenciado en periodismo por la Universidad de Columbia, y antes de convertirse en productor fue editor de una revista, director de un programa de radio y propietario de una consultoría. El cine le atrae y en 1950 realiza un documental como director y productor titulado El mar a nuestro alrededor. Pues sí, el tipo, que entonces contaba ya con treinta y cuatro años resulta que ganó el Oscar al mejor documental de aquel año.y eso le proporciona una puerta de entrada al mundo de la producción. Se acredita como productor asociado en una película llamada Donde habita el peligro, con Robert Mitchum enamorado obsesivamente de una enferma y es capaz de asesinar al marido de ella y huir a Mexico. No está nada mal. Conoce a Groucho Marx, de quien se hace amigo, y produce su película en solitario, sin el resto de hermanos, Una novia en cada puerto. A continuación, también es el encargado de producir Nieves traidoras, con Victor Mature de rudo policía protegiendo a la ex novia de un gángster para que testifique contra él.

En 1957 tiene una idea para juntar el primero de sus grandiosos repartos. Se trata de contar La historia de la Humanidad en sencillos episodios bastante cómicos. Se atreve incluso a dirigirla y para actuar en ella, anoten: Ronald Colman, Hedy Lamarr, los tres hermanos Marx, Virginia Mayo, Vincent Price, Peter Lorre, César Romero, Dennis Hopper (de Napoleón Bonaparte), John Carradine, Charles Coburn....La película, ni que decir tiene, fue un fracaso de aquí te espero, pero hay que reconocer que tiene partes divertidas.

Tiene mejor suerte con su siguiente película El gran circo, también con Victor Mature, Rhonda Fleming, en uno de sus pocos papeles protagonistas, Peter Lorre, Vincent Price y Red Buttons, contando las dificultades del dueño de un circo para mantenerlo a flote. A continuación se pasa al fantástico más clásico y de muy buena factura con El mundo perdido, con Michael Rennie intentando demostrar que los dinosaurios aún viven en algún lugar del Amazonas. 

Uno de los mayores éxitos de la carrera de Allen fue la producción de Viaje al fondo del mar, con Walter Pidgeon de protagonista. Tuvo tanto éxito la aventura de este submarino que debe salvar la Tierra disparando un misil nuclear contra un cinturón de estrellas que Allen descubrió el mundo de la televisión y transformó la película en una serie que duró cuatro temporadas con Richard Basehart tomando el relevo de Pidgeon en el mismo personaje del Almirante Harriman. Un exitazo televisivo que hace que el nombre de Irwin Allen comience a ganar en prestigio.

Después de adaptar a Julio Verne de forma muy solvente en Cinco semanas en globo, que también dirigió, Allen se dedicó en cuerpo y alma a la televisión y encadenó varios éxitos seguidos. Después de la ya mencionada serie de Viaje al fondo del mar, produjo tres temporadas de aquella otra serie de enorme éxito titulada Perdidos en el espacio y dos temporadas de una serie a la que guardo un inmenso cariño porque recuerdo en alguna reposición de Televisión Española y que era El túnel del tiempo sobre los avatares de dos científicos que quedan atrapados en un túnel del tiempo que les lleva a las más diversas épocas pero la máquina está bastante escacharrada y no pueden traerlos de vuelta, sólo trasladarlos y no siempre en el mejor momento. Con James Darren y Robert Colbert, las aventuras estaban muy bien ambientadas y, ni que decir tiene, que el traslado de los dos doctores científicos ocurría justo en el momento en que los iban a matar o lo iban a pasar rematadamente mal. Así, resulta que los aventureros asistían al hundimiento del Titanic, al asesinato de Lincoln o a la toma de Troya. Era muy, muy atractiva.

Intenta un cuarto éxito televisivo con el episodio piloto de una serie que se iba a llamar La ciudad bajo el agua, que se llegó a estrenar en algunas salas comerciales, pero que no convenció ni un poquito a los ejecutivos que le dieron una rotunda negativa a continuar (vista hoy, recientemente pude hacerlo en una cadena de tercera...es que era muy mala). Así que Allen se pasa de nuevo al cine y da en toda la diana con La aventura del Poseidón... ¿quién no recuerda el papel de Shelley Winters? Recuerdo haber tenido pesadillas con la posibilidad de que un barco se diera la vuelta por culpa de una ola gigantesca. La película fue nominada al Oscar en varias categorías y Allen se dio cuenta de que, con las catástrofes, tenía un filón, así que se lanzó a producir El coloso en llamas con uno de los mejores repartos que han existido nunca en el cine: Paul Newman y Steve McQueen (sólo juntar a estos dos ya merecería que le edificaran un altar), Fred Astaire, Jennifer Jones, William Holden, Faye Dunaway, Robert Wagner, Richard Chamberlain....y, en mi modesta opinión, posiblemente la mejor película de catástrofes que se haya hecho nunca.

Vuelve a intentar varios pilotos ahora que tiene un nombre con dos exitazos marca de la casa, pero no consigue arrancar ningún proyecto y, sin apenas dinero, se mete con El enjambre, con un reparto que incluía a Michael Caine, Olivia de Havilland, Richard Widmark, Henry Fonda...pero la película es poco menos que infecta, hecha sin presupuesto, sin gracia y sin empuje, fracasa estrepitosamente, así que decide probar suerte con una especie de segunda parte de La aventura del Poseidón con Más allá del Poseidón con Michael Caine, Telly Savalas, Sally Field, Peter Boyle, Karl Malden, Jack Warden y Shirley Jones. Otro fracaso. Caine dice que nunca más va a trabajar con él, que paga muy bien, pero que artísticamente es un desastre. 

Como no podía ser menos, el hombre que hizo la mejor película de catástrofes también hizo la peor. Y esa es El día del fin del mundo, con Paul Newman, Jacqueline Bisset, William Holden, James Franciscus y Ernest Borgnine. Espantosa, ridícula. El propio Newman la aborrece y dice que sólo la hizo por el cheque. Otro desastre.

A partir de aquí, se acabó prácticamente la carrera de Irwin Allen en el cine. Los que financiaban y daban el visto bueno ya no se fiaban de él. Aún pudo colar en televisión una serie durante dos temporadas que se llamó Código rojo, las aventuras del jefe de bomberos de la ciudad de Los Ángeles, con Lorne Greene, pero ya no hubo más oportunidades en cine. Siempre dijo que tenía una serie de la que llegó a hacer un piloto titulada El retorno del Capitán Nemo, con José Ferrer, Burgess Meredith, Mel Ferrer y Horst Buchholz que hubiera sido un tremendo éxito si le hubieran dejado, pero el episodio piloto era tan malo que no quisieron ni oír hablar del tema. Allen arriesgó. Apostó sobre seguro y, luego, perdió. Pero lo hizo con mucha pasión por lo que hacía.

Os dejo con el inicio de uno de los episodios de El túnel del tiempo con presentación incluida. Fijaos que tiene un ritmo enorme y que enganchaba sí o sí.


Y como foto os dejo la foto de la comida en la que se llegó al acuerdo con Newman y McQueen para que protagonizaran El coloso en llamas Irwin Allen es el de las gafas.

 Y la semana que viene, ya que es la Almu por los Madriles, me vuelvo a tomar un día de descanso.



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