GUS MORNINS 23/05/23

 "Generalmente, los ricos no son gente muy alegre. Tienden a vestirse sobriamente y de manera bastante convencional. Les encanta caer en las trampas de la vida fácil, pero raramente les ves disfrutar a consecuencia de su dinero. Creo que lo que verdaderamente les divierte es la competición, la lucha con otros".                                                                                               Nigel Davenport


Después de comprobar que en la última semana no he tenido ni una sola visita a ninguno de mis gus (ninguno), creo que voy a dejar de escribir cosas aquí. Evidentemente os interesa bastante poco. Y os lo agradezco porque así voy a tener más tiempo libre. No voy a esforzarme demasiado de aquí a la llegada del verano, fecha en la que me despediré de estas tareas para centrarme en las que verdaderamente son importantes. 

En esta ocasión, rendiré homenaje a este desconocido actor (visto lo visto, para vosotros seguirá siendo bastante desconocido), un actor británico de esos de solera, con un rostro de granito, que ha hecho todo tipo de papeles, generalmente secundarios y que ha aportado solidez allá por donde ha pasado. Incluso por el cine español.

Nigel nació tal día como hoy hace exactamente noventa y cinco años. Su padre era propietario de una tienda en Sussex que, por aquellas casualidades de la vida, era proveedora de víveres para la Universidad de Oxford, lo cual proporcionó a Nigel la oportunidad de estudiar en una universidad de élite. Ingresó en el Trinity College para luego licenciarse en filología inglesa por la Universidad de Oxford. 

Con amplios conocimientos filológicos, económicos, políticos y filosóficos, Nigel se sintió atraído por la interpretación en la Universidad y decidió probar suerte en los escenarios. Debutó en el Teatro Savoy de Londres, a bordo de la Memorial Shakespeare Company y su rostro realmente llamativo, con una mirada enigmática, proporcionada por una operación de iris que salió mal y que hizo que su ojo izquierdo tuviera una visión borrosa durante el resto de su vida, llamó enseguida la atención de los productores de cine ingleses. Después de una breve intervención en Mirando hacia atrás con ira, de Tony Richardson, obra señera de los jóvenes airados británicos, Nigel interpretó al policía de esa maravilla que es El fotógrafo del pánico, de Michael Powell, compartió reparto con Laurence Olivier en El animador y fue el dilecto padre de unos cuantos niños secuestrados por los piratas en esa otra maravilla que es Viento en las velas de Alexander MacKendrick. 

Destacó muchísimo como el Duque de Norfolk, primero amigo y después enemigo de Tomás Moro en la maravillosa Un hombre para la eternidad, de Fred Zinnemann y fue el díscolo jefe de una unidad de comandos peculiar en la excelente Mercenarios sin gloria, al lado de Michael Caine y rodada en España (Caine recuerda el rodaje como un infierno). También destaca con Caine y con Omar Sharif en esta película tan nombrada, tan excelente y tan poco reconocida como es El último valle y es uno de los consejeros de la reina en ese particular duelo entre Vanessa Redgrave y Glenda Jackson en María, reina de Escocia.

Más tarde fue el protagonista absoluta de esa fábula de ciencia-ficción y única incursión en la dirección cinematográfica de Saul Bass en Sucesos en la IV fase en la que la Humanidad se enfrentaba a las hormigas y ahí es donde Gonzalo Suárez le reclama para encarnar el Magistral Álvaro Mesía en la versión que preparaba de La regenta a mayor gloria de Emma Penella. También asume el papel de Montgomery, el extraño que llega a una isla poblada de seres genéticamente modificados por un loco científico en La isla del Doctor Moreau con Burt Lancaster. Asume uno de los papeles clave de la superproducción Amanecer Zulú sobre una de las mayores derrotas del ejército inglés en Sudáfrica y está excelente como Lord Birkenhead, jefe del Comité Olímpico Británico en Carros de fuego de Hugh Hudson. También es el instructor de unos cuantos policías que se quieren especializar en la lucha contra el terrorismo en una de las películas más interesantes de la filmografía de Sylvester Stallone como es Halcones de la noche. Y vuelve a dar la réplica a Michael Caine y Ben Kingsley en esa divertida parodia de Sherlock Holmes que es Sin pistas

Nigel Davenport hizo un ingente trabajo también en televisión, y siguió en activo hasta el año 2000, fecha en la que se retiró de la actuación debido a que comprobó que tenía fallos de memoria y no podía aprenderse un texto con fiabilidad. 

En teatro, hay que destacar que fue el protagonista de otra de las obras señeras de los jóvenes airados como fue Sabor a miel y formó parte del elenco de un mítico Marco Antonio y Cleopatra, de Shakespeare, al lado de Michael Redgrave y Peggy Ashcroft.  También en La fierecilla domada y en la excelente obra de Bertolt Brecht La buena persona de Sezuán al lado de Peggy Ashcroft, Robert Stephens y Joan Plowright. 

Uno de sus grandes éxitos fue al interpretar al tercero en discordia en la excelente obra de Arthur Miller Incidente en Vichy en su estreno en Londres, compartiendo cartel con Alec Guinness y con Anthony Quayle. También obtuvo un gran éxito con la adaptación al teatro de la novela de Agatha Christie Matar es fácil,con Peter Capaldi.

Nigel Davenport, actor de cara de granito, seguro, sólido, sin un gesto nunca de más, perfecto. Yo creo que merecía ser conocido. Seguro que desde aquí, hemos hecho algo por él.

Os dejo con un bonito y breve homenaje en el que le reconoceréis rápidamente.


Y como mosaico, os dejo con su imagen al lado de uno de sus mejores amigos y compañero de generación.



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