GUS MORNINS 24/4/23

 "Tengo un busto de Abraham Lincoln en mi oficina y no es por la grandeza que aportó a los Estados Unidos. Es para recordarme que fue asesinado por un actor".               Richard Donner


Este caballero, a menudo muy poco reconocido, hubiera cumplido los noventa y tres años tal día como hoy. Podríamos decir que es uno de los máximos representantes de lo que se dio en llamar Segunda generación de la televisión con otros compañeros como Sidney Pollack y Stuart Rosenberg. Y, sin duda, es uno de los más brillantes. Entre sus experiencias en el medio está la dirección de diversos episodios como El hombre de la CIPOL, The Twilight zone, Perry Mason o El fugitivo. Su salto a la dirección fue con una película muy pequeña titulada Sal y pimienta, una divertida película sobre dos propietarios de un night-club, Sammy Davis Jr. y Peter Lawford, que se ven mezclados en una turbia conspiración nuclear. La película tuvo un razonable éxito y se hizo una segunda parte con el título de Una vez más, pero esta sí que fue un fiasco, más que nada porque Donner no estaba tras las cámaras y sí un sorprendente Jerry Lewis que no supo dar con el tono pícaro de la segunda y la convirtió en algo mucho más burdo. Es muy recomendable la parte que dirigió Donner.

Después, vino Twinky, una extraña comedia, totalmente imposible de realizar hoy en día, sobre un autor de novelas pornográficas (Charles Bronson) que se casa con una chica de diecisiéis años y eso da lugar a múltiples equívocos. Aún siendo divertida, la película no funcionó bien y Donner se refugió de nuevo en la televisión. Seis años después su nombre comienza a ser conocido en todo el mundo porque dirige, con indudable acierto, una película de terror como La profecía con Gregory Peck y Lee Remick en los papeles principales. Inquietante y turbia, la película es hoy en día un clásico. Y voy a decir algo muy poco popular. Siendo de la misma época y perteneciente a la misma moda...la prefiero a El exorcista

El éxito de La profecía le proporciona la oportunidad de dirigir Superman. El éxito,por supuesto, es espectacular y Donner consiguió algo muy difícil. Con una película sobre el superhéroe perfecto, dignificó el género (hasta ahora recluido en la mala fama de la chapucera televisión o a películas de serie Z) y comenzó a dirigir la segunda parte y parece ser que llegó a completar algo menos de la mitad. Los hermanos Salkind, productores, le despidieron porque no les gustó nada lo que había rodado hasta el momento y lo sustituyeron por Richard Lester. Donner llegó a editar un DVD con el montaje que él hubiera dado a esa segunda parte que, quizá, supera en acción a la primera, pero no es mejor película.

Dirige un drama con el infrautilizado John Savage de protagonista en Max´s Bar, sobre los veteranos de Vietnam, y pincha en hueso con una comedieta sin gracia con Richard Pryor en Su juguete preferido. Sin embargo,Donner tenía tantas vidas como un gato y vuelve al primer plano con una historia tan hermosa y legendaria como Lady Halcón con una inolvidable Michelle Pfeiffer salvaguardada por Rutger Hauer y Matthew Broderick. 

A continuación, una película legendaria como es Los Goonies y me pasa algo muy curioso con esta película. Es una película de aventuras infantil, de acuerdo. Y me pilló un poco ya en la adolescencia y no me hizo tanta gracia como a otros, de acuerdo, pero tampoco entiendo esa pasión que despierta. Está bien, no deja de ser una comedia de aventuras con niños de protagonistas, al igual que muchas otras en la época. Tendré defecto de fábrica. A partir de ahí comienza su franquicia con Arma letal que marca su amistad estrecha con Mel Gibson, el regreso al Cuento de Navidad de Dickens con Los fantasmas atacan al jefe, con Bill Murray y con la última aparición de Robert Mitchum en el cine. Luego dirige una película que no está nada mal pero que no tuvo ningún éxito titulada La fuerza de la ilusión con Lorraine Bracco y John Heard y vuelve a dar otra campanada de las sonoras con Maverick, muy divertida película con Mel Gibson, Jodie Foster y James Garner, adaptación de la serie del mismo nombre protagonizada en su día por éste último. 

Asesinos es una película que no estaría nada mal si no fuera porque nuestro Antonio Banderas está pasadísimo de rosca (incluso Stallone está mejor que él) y no cabe duda de que Conspiración sin ser ninguna obra maestra está bastante bien debido al trabajo alucinado de Mel Gibson y al siempre sólido de Julia Roberts. 

Donner, ya mayor, dosifica mucho sus trabajos, y dirige en su última época la cuarta y postrera parte de Arma letal, la fallida adaptación de una buena novela de Michael Crichton, Timeline, con Gerard Butler, y se despide a lo grande con una excelente película, de lo mejor de su filmografía, con 16 calles con un Bruce Willis extraordinario dando vida a un policía que debe llevar a un testigo protegido de la comisaría a un juzgado, encontrándose con que sus propios compañeros quieren pasaportarlo. Una película de acción que guarda mucha chicha y que está realmente bien.

Desde el año 2006, Donner no volvió a dirigir y es sorprendente cómo un director de una filmografía tan variada y tan sólida, haya quedado tan en segundo plano cuando era un excelente profesional, un verdadero director de vieja escuela al estilo de muchos otros del Hollywood de los cincuenta. 

Ahí os dejo con un bonito vídeo en homenaje a sus películas y a todo lo que aportó a nuestros sueños.


Y como mosaico, ahí le tenéis con dos de sus grandes amigos


La semana que viene, como es fiesta en Madrid y además, cumpleaños de mi querido retoño, no habrá gus. Estoy seguro de que os da igual, pero yo lo digo igualmente.

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