GUS MORNINS 8/11/22

 "¡Vamos allá! El mar nos espera,

la inmensidad del mar nos está llamando

Y las mareas"

                                                     Letra del himno de "La caza del Octubre Rojo", de Basil Poledouris


Hace apenas diecisiéis años que nos dejó este gran compositor de bandas sonoras para el cine, Basil Poledouris. Quizá no ha tenido tanta repercusión como John Williams, o Jerry Goldsmith, pero, a pesar de que murió ciertamente joven (61 años), nos dejó unas cuantas muestras de su extraordinaria sapiencia.

Nació en Kansas y comenzó a recibir clases de piano con siete años. Fue un gran estudiante que ingreso en la Universidad del Sur de California y se graduó nada menos que en dirección, fotografía, montaje, sonido y, por supuesto, música. Allí, en la Universidad, trabó conocimiento con dos directores que serían fundamentales en su carrera y que fueron compañeros de clase. Uno era el director Randall Kleiser. El otro fue John Milius. Cuando Milius consiguió la financiación para hacer la película que más ilusión le haría, pero que fue la más desastrosa, El gran miércoles, sobre unos tipos que no paraban de hacer surf en las playas de California, no dudó en llamar a Poledouris para que le pusiera música a su película. A pesar del enorme fracaso que supuso (Milius nunca llegó a comprender del todo cómo cosechó ese fracaso teniendo en cuenta que hablaba sobre surf, una cosa que a él le encantaba), el director le proporcionó fama mundial a Poledouris con una banda sonora extraordinaria para Conan, el bárbaro, una de esas que te ponen la piel carne de gallina por la fuerza y el vigor que tienen sus notas. 

El poderío de este trabajo para Milius abrió los ojos de la industria del cine que comenzó a pelearse por los trabajos de Poledouris en una época en la que los discos de bandas sonoras se vendían como rosquillas. Conan, el bárbaro fue una de ellas y el público se peleaba por tener un ejemplar de la misma en vinilo o cassette. Un director al que le encantó el trabajo de Poledouris fue Paul Verhoeven, que le llamó para la música de Robocop, o de Los señores del acero y, más tarde, para Starship Troopers. Milius volvió a contar con él para esa película totalmente atípica que contó con la dirección artística de nuestro Gil Parrondo en el desastre de Adiós al rey, con Nick Nolte de protagonista. Y, desde luego, John McTiernan creyó en Poledouris para subrayar la derrota con la que navegaba La caza del Octubre Rojo probablemente una de las mejores películas de submarinos nunca hechas. 

Del resto de trabajo habría que destacar, por ejemplo, esa estupenda película de suspense que es Breakdown, de Jonathan Mostow, con Kurt Russell desesperado por encontrar a su esposa perdida en medio de la carretera y de un viaje interminable. Su última composición para el cine fue para El secreto del talismán, con la ahora de moda de nuevo Michelle Yeoh. Quizá, justo cuando entraba en su madurez artística, es cuando Poledouris tuvo que enfrentarse a la muerte. cortando una carrera que prometía llegar a lo más alto. 

Antes de dedicarse a la música de cine, fue el responsable de más de cien bandas sonoras para cortos realizados exclusivamente para el mundo de la educación. 

El compositor que le dio clases para saber cómo escribir música para el cine fue nada más y nada menos que Miklos Rozsa. 

Y, a pesar de que hoy el gus es un poquito más corto, os voy a dejar dos muestras de su increíble capacidad. Una, por supuesto, es la banda sonora de Conan, el bárbaro. Tiene una fuerza que llega a emocionar. Aquí, con mi querida FSO con Constantino Martínez Orts al mando.


La otra que os quiero dejar es el Himno del Octubre Rojo, de la película La caza del Octubre Rojo. Carne de gallina con Pascual Osa y la Orquesta Filarmonía.



Y como mosaico, Basil Poledouris con John Milius en el centro y George Lucas a la derecha.



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