GUS MORNINS 25/1/22

"En lo más hondo, soy bastante superficial"

                                                                                               Ava Gardner

Hoy vamos a dedicar el gus al animal más bello del mundo, Miss Ava Gardner, que nos dejó hace exactamente treinta y dos años y, no hay quien lo niegue, dejó a este planeta de nuestros pecados como un lugar un poquito más feo. 

Como hay múltiples biografías y demás, intentaremos dar unas pocas anécdotas o comentarios (la chica era lenguaraz) sobre ella para hacerlo más ameno.

Era la más joven de siete hermanos. Sus otros hermanos se llamaban Raymond, Melvin, Beatrice, Elsie Mae, Inez y Myra. Provenía de una familia muy pobre de agricultores.

No le gustaba leer. Sólo dos libros leyó en su vida. La Biblia y Lo que el viento se llevó.

Desde que rodó La condesa descalza, el flamenco fue una pasión para ella. Nunca lo llegó a bailar bien, pero pasión no le faltaba.

Existe un Museo Ava Gardner en Smithfield, California.

Los últimos años de su vida los pasó medio recluida en su apartamento de Londres. Su única compañía fue su criada, Carmen Vargas y su perro, Morgan. En 1984 tuvo dos ataques al corazón que la dejaron parcialmente inmovilizada. Aunque poseía medios económicos más que suficientes, Frank Sinatra se ofreció a pagarle un tratamiento en los Estados Unidos. Lo aceptó y fue allí. Se despidió de su criada, Carmen, con las palabras "Estoy muy cansada". A su llegada, contrajo una neumonía y falleció con 67 años. Está enterrada en Carolina del Norte. Ninguno de sus maridos fue al funeral. A su fallecimiento, su criada Carmen Vargas y su perro Morgan fueron acogidos por Gregory Peck.

Se encontró en una ocasión con J.R.R. Tolkien. Ninguno de los dos se reconoció.

Sorprendió al director Mark Robson porque, a pesar de su estado físico bastante deteriorado, insistió en hacer sus escenas peligrosas en la película Terremoto Y las hizo estupendamente.

La estatua de ella que sale en La condesa descalza se la regaló a Frank Sinatra. Éste la puso en la parte de atrás del jardín de su casa hasta que se casó con Barbara Marx, su último matrimonio, que le obligó a que la retirara.

Durante su matrimonio con Frank Sinatra, al estar él en el punto más bajo de su carrera, ella se hizo cargo de todos los gastos y de todas las necesidades hasta que logró el papel de Angelo Maggio en De aquí a la eternidad. Ese papel hizo que su carrera despegara.

Frank Sinatra la llamaba Ángel.

Durante sus últimos años, frecuentó la compañía del director Michael Winner.

Un periodista australiano aseguró que "era la mujer más mal hablada del mundo. Era como si compitieran en lenguaje soez un camionero y un marinero. Eso sí, cuando estabas junto a ella, sólo podías pensar en lo increíblemente guapa que era".

El diseñador de producción John Hawkesworth, que trabajó con ella en el rodaje de Pandora y el holandés errante, decía que "era una mujer que comía, más o menos, como si fueran dos. Y bebía, más o menos, como si fueran tres".

Charlton Heston aseguraba que rodar con ella era insoportable: "En cierta ocasión, durante el rodaje de 55 días en Pekín paró toda la filmación porque un extra le había sacado una foto. Al final, convencí a dirección y producción de matar a su personaje antes de lo previsto para que se fuera de una vez y nos dejara trabajar".

Era una fumadora compulsiva. Tres paquetes de cigarrillos Winston cada día.

Por otro lado, Yvonne de Carlo decía que era "una de las pocas chicas que conocí en Hollywood que realmente me gustaba".

Algunas de sus frases:

"Si pierdo los nervios, escóndete en cualquier sitio"

"He visto más amaneceres que cualquier otra actriz de Hollywood".

"Sólo tengo una regla para actuar. Hacer caso al director y darle mi corazón y mi alma".

"No he tomado píldoras, no he llamado nunca a mi agente, no he estado en la cárcel, no voy al psiquiatra cada dos minutos. Eso hace que sea bastante rara".

"Me gustaría vivir ciento cincuenta años, pero cuando muera me gustaría tener un cigarrillo en una mano y un vaso de whisky en la otra".

"No tengo el temperamento de una estrella. Nunca olvidaré a Bette Davis cuando me crucé con ella en el Hilton de Madrid. Fui hasta ella y le dije: "Miss Davis, soy Ava Gardner y soy una gran admiradora suya" y ella se comportó exactamente como se esperaba: "Desde luego que lo eres. Desde luego". Eso era ser una estrella".

"Nací con buena salud y un cuerpo fuerte y luego pasé años abusando de ello. Ahora paso un montón de tiempo cuidando la salud y el cuerpo. Tengo tremendos dolores en la rodilla y no dejo de comer cosas tan deliciosas como yogures y no paro de hacer ejercicio".

"Nunca voy al cine"

"Podría haber sido realmente buena. Pero nunca me dejaron demostrarlo"

Mi padre decía que era la única mujer que era más guapa que mi madre. Y debo reconocer que ha sido una de las bellezas más increíbles que han pasado nunca por el cine. Aunque también parecía como algo inalcanzable, algo que no estaba reservado a los mortales. Sólo a los dioses. Y si me pongo en plan crítico, también diré que, a pesar de sus quejas, era una excelente actriz.

Os dejo con un nada, una migaja de Ava con la habitual competencia de TCM

Y como mosaico os dejo con ella. No hace falta más. En su debut en Forajidos. A partir de ahí, el mundo se quedó con la boca abierta.



 

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