GUS MORNINS 6/7/21
“Puedes
salvar una mala película con una buena banda sonora”
Ennio Morricone
Hace un año que se nos
fue. Y no podía pasar la ocasión de ponerle unas letras aunque fueran pocas.
Ennio Morricone ha sido uno de los más grandes compositores que ha dado el
cine y, sin duda, le echamos mucho de
menos. Sería imposible hacer un repaso a su filmografía, pues tiene acreditados
522 trabajos y daría para un libro entero y bastante más CD´s, así que vaya
este modesto homenaje del gus hacia un hombre que puso el subrayado a un buen
montón de nuestros sueños.
Ennio Morricone nació
en Roma, hijo de Mario Morricone y Liberia Radolfi. En el momento de su
nacimiento, Italia se hallaba bajo el terror fascista de Benito Mussolini y
Ennio tenía cuatro hermanas con las que vivía, todos hacinados en una pequeña
vivienda del Trastevere de Roma. Su padre, Mario, era un trompetista
profesional y su madre se dedicaba a pequeños trabajos textiles. El padre de
Ennio le enseñó a leer música y tocar varios instrumentos, de todos ellos el
pequeño Ennio prefería la trompeta, y entró en el Conservatorio de Santa
Cecilia de Roma para perfeccionar su técnica con el instrumento. Allí estudió
trompeta, composición y música coral. Morricone consigue su graduación en todos
sus estudios, destacando ese 9,5 sobre 10 que consigue en composición.
Sus composiciones de
juventud versan sobre textos literarios previamente escritos. A destacar, por
ejemplo, Vendrá la muerte, una suite
para saxo alto y piano basada en un texto de Cesare Pavese.
Combinó la composición
de música ligera con otra de corte clásico. Tiene múltiples piezas con
diferentes instrumentos como protagonistas realizadas para orquesta sinfónica.
En 1956 prueba con el jazz y forma un cuarteto que le da para vivir. Entra en
la RAI, pero sólo dura un día en el trabajo porque la televisión pública
italiana le prohíbe que haga otras composiciones que no sean exclusivamente
para la cadena, así que firma un contrato con la casa discográfica RCA Victor
para trabajar en los arreglos de los temas cantados por Rita Pavone, Domenico
Modugno y Mario Lanza.
En 1963, le compone a
Paul Anka su tema Every time que
consigue una venta record en Italia de tres millones de copias.
Para cine, comienza su
carrera en 1961 con la composición para la película El fascista, de Luciano Salce con el que comienza una colaboración
de cuatro películas seguidas. El caso es que, poco a poco y con mucho trabajo,
el nombre de Morricone comienza a circular por los mentideros cinematográficos
de media Europa y, luego, de los Estados Unidos. La música de Morricone para el
cine toda todos los géneros. Ahí están en comedia sus bandas sonoras para Vicios pequeños, de Edouard Molinaro o,
más recientemente, para la desconocida Bulworth,
de Warren Beatty. Para el western
cómo olvidar su “trilogía del dólar” compuesta por Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo
y el malo, coronada por la bellísima partitura de Hasta que llegó su hora y, por supuesto, su estremecedora banda
sonora para Érase una vez en América,
último trabajo con su amigo Sergio Leone.
Habría que destacar
tantas….ahí están, inolvidables, sus trabajos para Cinema Paradiso, de Giuseppe Tornatore, o La misión, para Roland Joffé; o Novecento,
para Bernardo Bertolucci, o su ansiado Oscar conseguido por la que, ni
mucho menos es su mejor banda sonora, en Los
odiosos ocho, de Quentin Tarantino.
Y Los intocables, para Brian de Palma, o Malditos bastardos, también para Tarantino, o La Biblia, para John Huston, o Baaria,
o La mejor oferta…
En su vida privada hay
que destacar que vivió siempre con su esposa, María, que además era una experta
en música coral y le buscó la letra para incluir en la banda sonora de La misión. Con ella tuvo cuatro hijos,
Marco, Alessandra, Andrea (también compositor) y Giovanni.
A pesar de recibir
múltiples ofertas para residir en Nueva York, Morricone nunca quiso salir de su
Roma. Políticamente siempre se definió como cristiano-demócrata y le encantaba
jugar al ajedrez, llegando a disputar algunos torneos, incluido un open en el
que llegó al tercer puesto. Como pasatiempo y pasión al margen de la música,
echó partidas amistosas con otros ases del ajedrez como Garry Kasparov, Anatoly
Karpov y Peter Leko.
Como vídeo os dejo,
como no podía ser menos, una composición suya.
Y como foto-mosaico os lo dejo charlando amigablemente con Sergio Leone, que, por aquellas cosas de la vida, fue compañero suyo de clase en el colegio.
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